Desde siempre, el mundo del vino se ha asociado al género masculino, pero poco a poco se han ido incorporando mujeres en todas las etapas del proceso, desde la viña hasta la mesa. Una gran parte de todos los enólogos del mundo somos mujeres, y va en aumento cada año, incluso existen muchos estudios que afirman que el olfato femenino experimenta con mayor intensidad los aromas y les es más fácil identificarlos.
Debemos dejar de lado los clichés de “un tinto estructurado para hombres, un vino blanco, rosado o afrutado para mujeres”. No hay vinos para mujeres, las mujeres y los hombres tienen exactamente el mismo gusto en materia de vino. Hay vinos que hacen las mujeres, compran las mujeres y catan las mujeres, pero son los mismos que hacen, compran y catan los hombres.
Nuestro reconocimiento a todas las mujeres que trabajan en torno al vino y que están vinculados con el sector vitivinícola: propietarias de bodegas, viticultoras, vendimiadoras, enólogas, técnicas de laboratorio, bodegueras, administrativas, directivas, toneleras, catadoras, comerciales, encargadas de ecoturismo, sumilleres, compradoras y, sobre todo, consumidoras.